En una de las fotos se observa a un burro darle vueltas a un molino. En la otra, lo que un residente hace al llegar a su casa antes de acostarse a la orilla de su cama.
Hasta allí nada fuera de lo normal, puesto que los burros son animales bastante fuertes y soportan muy bien trabajos como ese. Los jóvenes también lo son aunque envejecen muy rápido contrayendo burn out/ síndrome de Tomas.
Como niño fue triste ver que al pobre animal no solo lo golpeaban para que girara más rápido, sino que además le daban muy poco tiempo para que comiera y bebiera. Algo similar fue la vida de mi viejo que directamente tenía su plato de comida reservado para cualquier hora. Si llegábamos a casa y estaba vacío era porque aún no llegaba o porque se iba a dormir sin comer por tanta fatiga.
En el poco tiempo que tenía para beber, el animal, desesperado casi se atragantaba con el agua. El otro animal humano, miraba su plato con una dosis de hipnosis y silencio alienante.
Al terminar ese día pensé que la pesadilla había acabado para el pobre burrito y que ya tendría tiempo de descansar y comer. Sin embargo, la pesadilla para el pobre animal apenas empezaba, pues el trabajo lleno de maltrato siguió el día siguiente y otros varios días más. Al viejo también le tocaban los martes o viernes de guardias y "preso" en el gigante de cemento Schestakow o el niño que gestaron: Policlínica.
Día tras día el burro giró alrededor del molino casi sin descansar, con el látigo cayendo en cada momento sobre su lomo. El Galeno también recibiría castigo al enseñar falsos alumnos que luego darían por cerrado lo que pudo vivir 18 años de mucho esfuerzo y humildad: la residencia de Cirugía. Más inconcebible es que serían dos de cirugía quienes al mando de un barco que no supieron guiar, lo chocarían directo contra muchos icebergs muy visibles sin ninguna necesidad.
Pero la parte más triste llegó cuando finalmente el burro terminó de hacer todo el trabajo. Cuando lo soltaron en el potrero para que se recuperara:
El pobre animal, todo flaco y fatigado, solo bebió agua y después empezó a dar vueltas como si aún estuviera atado el molino. Había sido tan fuerte el maltrato, fue tan horrible lo que experimentó, que en su mente siguió dando vueltas al molino, incluso una vez libre. El otro culminó ciego para al fin darle sentido a su ser interno al que tanto postergó. Una semilla de gesta yendo con dos valijas a cruzar un abismo buscando el oriente y cuatro horas más al reloj.
Sin duda, los animales de carga son los que tiene una vida más trágica. Debemos unirnos contra dicho maltrato, es inaceptable que se tengan bestias de carga recorriendo sus calles junto con salvajes encima dándoles latigazos.
Lo mismo de inaceptable es tapar hechos atroces de incapaces destructores de ESCUELAS HOSPITAL y permitir el dominio por medio de jerarquías aún peores que en los rangos militares. Cada Escuela que nace debe, por decreto inmediato, no cerrarse jamás y multiplicarse como hojas de un buen árbol.
¡No más maltrato "Señores" peores que animales!
Comentarios
Publicar un comentario